Análisis Call of Duty: Modern Warfare Remastered

9 años después de la salida del primer Modern Warfare, donde infinity Ward y Activision, decidieron arriesgarse por un cambio de frente en la saturada opción de la II guerra mundial, y apostar por una ambientación futurista, o más moderna, que daría pie al modelo multijugador que todos conocemos y que más se ha utilizado. 9 años después de ese día vuelve a aparecer el gran Modern Warfare.

Comenzaremos destacando que esta nueva remasterización pese a ser totalmente fiel al juego original en mecánicas y desarrollo sí
que luce espectacular, y es que el cambio de motor gráfico le ha sentado muy bien, texturas mejoradas, nuevas animaciones y entornos mucho más detallados que el original pero siempre preservando su esencia al máximo.

La campaña pese a resultaros evidentemente corta para los tiempos que corren, tiene un carácter excepcional y propio, de estilo más cerrado o pasillero que nada tiene que ver con los shooters más recientes. Volver a Pripiat tiene el encanto más que suficiente para que valga la pena volver a disfrutarlo.

En su multijugador, vuelve a quedar claro que sus mecánicas no son las mismas que las de los juegos actuales, aquí premia ante todo la evolución y el desbloqueo de armas antes que las rachas de bajas o de la especialización. Es un juego mucho menos vertical y más calmado que lo que podemos encontrarnos hoy en día. Su funcionamiento es casi perfecto, tanto en lo que respecta a la búsqueda de partidas, como a la propia estabilidad de las mismas.

El apartado sonoro también ha sufrido cambios profundos, aunque queda un poco escaso frente al apartado visual que es donde se nota más el cambio.

Todo esto desemboca en un muy buen juego, tanto para los que nunca lo han jugado como para los que quieren volver a revivirlo, campaña breve pero intensa y un multijugador impresionante. Esperemos que haya suerte y podamos verlo a la venta por separado, sería una alegría para todos los fans de la saga.

DeadArtic Games ©